Cuando llega el frío otoñal nos está recordando que el invierno está cerca o al menos la sensación de frío es prácticamente la misma, sobre todo lo notamos en el hogar donde determinados pavimentos suelen retener las bajas temperaturas haciendo un efecto nevera. Para solucionar este problema y reducir el frío en algunas habitaciones podemos colocar alfombras rojas o de cualquier otro color, si bien el color rojo con tonos oscuros es el más tradicional cuando tenemos muebles rústicos o con tonos de madera, existen al mismo tiempo otros colores más modernos y actuales para mobiliario minimalista.
¿Cómo elegir la alfombra para mi hogar?
Hay que tener en cuenta que existen dos grandes grupos de alfombras, unas que reúnen todas aquellas características las cuales ofrecen una pisada muñida con un corte de pelo alto y ondulante, principalmente de lana y otro grupo que son aquellas alfombras que pasan a la categoría de moqueta por su pisada compacta y de alta densidad.
Normalmente en alfombras para el hogar podemos optar por las de fibra natural las cuales ofrecen muchas ventajas, están las que se fabrican con sisal o yute o las de algodón y lana. Tanto las alfombras de sisal o yute aíslan del frío y la humedad del ambiente y te vendrán muy bien porque encajan perfectamente con cualquier decoración por su color neutro. En el caso de las alfombras de fibras naturales como el sisal o el yute presentan una buena resistencia a los rayos UV, por lo que si están expuestas en un lugar donde incida los rayos del sol, ésta no mermará en su colorido ni se deformará.
Pero si nos decantamos por una alfombra de algodón o lana podremos elegir entre una gran variedad de colores, nos aporta una pisada fresca para la época estival y a la vez muy tierna y agradable al tacto cuando estamos descalzos en invierno. En cualquier caso las alfombras que compramos en Ikea u otra tienda especializada son siempre con medidas preestablecidas. Si queremos cubrir la totalidad del suelo a medida, deberemos acudir a una alfombra tipo moqueta, más compacta y que gracias a su revestimiento producen un efecto colchón al caminar sobre la propia moqueta. Este efecto fisiológico se asemeja cuando andamos sobre césped o sobre la arena de una playa cuando pisamos una moqueta o alfombra de sisal o yute.
Otra opción en moquetas si es la que finalmente hemos decidido escoger, sería en formato baldosas. Esta forma de instalar una moqueta resulta más sencilla y su ventaja principal es que en caso de deterioro podamos sustituirla sin tener que cambiar toda la superficie, solo repararemos de forma aislada la porción afectada.
Optemos por una alfombra de pelo largo o por una moqueta compacta de pelo corto en rollo continuo o en losetas, los beneficios que obtendremos respecto a la salud es común en todas ellas. Si pensamos que todo el polvo y partículas que circula en nuestro hogar acaban depositándose por gravedad en el suelo, por tanto cuando instalamos una alfombra o moqueta nos están ayudando a evitar que vuelvan a recircular por el aire, quedando atrapadas entre sus fibras. Lógicamente lo que recomendamos siempre es que regularmente se aspire sobre la moqueta o alfombra y no se cepille.
Dentro de las muchas opciones de moquetas y alfombras que hay en el mercado existe la variante ignífuga, la cual se pueden encontrar en material de lana, acrílico o sintético, especial sobre todo cuando hablamos de instalaciones públicas como cines, teatros, casinos, etc… Esta versión ignífuga es una opción más cara, aunque hay particulares que por seguridad ya se las están instalando en su casa.
