Las costumbres y tradiciones andaluzas en artesanía han tenido siempre un valor añadido en su singular arquitectura de casas blancas y llenas de detalles relacionados con el mundo rural. Las moquetas de esparto y esteras, persianas, revestimientos en zócalos entre otros, han formado parte de una decoración fresca y natural en una región como Andalucía donde se busca tener un ambiente que compensen las altas temperaturas, de ahí las casas encaladas o pintadas de blanco.
El esparto siempre se ha asociado a un material áspero, porque antiguamente se elaboraban alfombras donde le sobresalían hilaturas de esta fibra, pero con el tiempo con la tecnología el trabajo manual de las alfombras se pasó en parte a mecanizarse cambiándose a una nomenclatura más apropiada y refinando un poco más los acabados.
Las moquetas actuales combinan diseño y tradición, gracias a las nuevas tendencias que en los últimos años han sido impulsadas por decoradores e interistas, pero también muy unido a la moda de utilizar materiales ecológicos. Uno de los beneficios más destacados de las moquetas de esparto es que no transmiten el calor, pero al mismo tiempo son muy buen aislante para el frio.
En cuanto a decoración, las nuevas tendencias con estilo "raw" destacan precisamente por la sencillez de las moquetas de esparto y otros adornos en crudo que avivan los pequeños espacios sin muchos lujos.
Los mejores aliados para unas moquetas andaluzas de esparto son las mesas de vieja madera con una suave pátina envejecida, unas cortinas de yute y unas sillas andaluzas. Detrás de este tipo de decoraciones suele haber un estilo de vida eco-friendly muy ligado a lo ecológico, orgánico, verde y en general a preservar el medio ambiente.
Tanto si la decoración de un hogar es de estilo rural, raw o minimalista, las moquetas andaluzas de esparto destacan siempre el lugar donde están colocadas, siendo el centro de atención y encajando perfectamente en dormitorios, salones o la propia entrada a la vivienda.
